Las aguas marinas se encuentran acumuladas en extensas depresiones de la litosfera y varían su nivel de acuerdo con el balance hídrico de los tiempos geológicos. Esto condiciona el nivel eustático del mar (altura del agua marina en un momento dado de la historia geológica).
De acuerdo a sus volúmenes y características las extensiones de aguas marinas se consideran como océanos o mares, según corresponda.
DELIMITACION ENTRE LAS AGUAS MARINAS Y AGUAS CONTINENTALES
Las aguas marinas tienen una notable uniformidad en su composición en las aguas marinas la sal predominante en el cloruro sódico.
Mares y océanos de la Tierra
La masa de las aguas que cubren las depresiones de la corteza terrestre forma mares y océanos, que ocupan siete de cada diez partes de la superficie del planeta. Junto con los rios y lagos forma lo que llamamos hidrosfera.
El océano se suele dividir en Atlántico, Pacífico e ïndico, como grandes unidades, relacionadas entre si mediante los océanos o mares polares Ártico y Antártico. A su vez, hay zonas delimitadas de cada océano, cercanas a los continentes o incluso interiores, que forman los mares regionales.
Las aguas oceánicas
Desde que se formaron, hace casi 4.000 millones de años, los océanos contienen la mayor parte del agua líquida de la Tierra. Su funcionamiento determina el clima y permite explicar la diversidad de vida que hay en nuestro planeta
Llamamos océanos a las grandes masas de agua que separan los continentes las cuales tambien son llamadas aguas marinas.
Dentro de los océanos se llama mares a algunas zonas cercanas a las costas, situados casi siempre sobre la plataforma continental, con profundidades pequeñas, que por razones históricas o culturales tienen nombre propio. En los océanos hay una capa superficial de agua templada (12º a 30ºC), que llega hasta una profundidad variable según las zonas, de entre unas decenas y 400 o 500 metros.
Por debajo de esta capa el agua está fría con temperaturas de entre 5º y -1ºC. Se llama termoclina al límite entre las dos capas. El agua está más cálida en las zonas ecuatoriales y tropicales y más frías cerca de los polos y, en las zonas templadas. Y, también, más cálida en verano y más fría en invierno.
El Mar Mediterráneo (y otros mares interiores) es una excepción a la distribución normal de temperaturas, ya que sus aguas profundas se encuentran a unos 13ºC. La causa hay que buscarla en que está casi aislado al comunicar con el Atlántico sólo por el estrecho de Gibraltar y, por esto, se acaba calentando toda la masa de agua.
Erosión marina
La costa es la zona limítrofe entre la tierra firme y el mar. Se encuentra constantemente sometida a la acción erosiva del agua, por lo cual adquiere formas muy diversas, dependiendo del tipo de terreno y de la actividad de las olas, mareas y corrientes marinas.
Tiene acantilados y playas, deltas y estuarios, y, a veces, aparece recortada en antiguos valles inundados. Las corrientes marinas se llevan parte del material erosionado hacia el mar en unos lugares y lo deposita, desgastado, en otros. Así se forma un acantilado en un lugar y una playa en otro.
Acantilados y playas
Las costas acantiladas son aquellas que terminan abruptamente en la línea de la costa. Por debajo del acantilado en sí mismo, de fuerte pendiente o vertical, están el punto de inflexión, justo encima de la línea de costa, y la plataforma suavemente inclinada hacia el mar, que puede ser arenosa o de cantos o rocosa.
La acción del oleaje y las corrientes marinas arranca material rocoso, lo acumula al pie del acantilado y forma un depósito que, al principio, queda bajo el agua pero después puede emerger formando una pequeña playa. La acción de las mareas también es importante, ya que durante un tiempo introduce agua entre las rocas, reblandeciéndolas, y durante el resto del dia las deja a la intemperie para que actuen los agentes atmosféricos. Además, proporciona varios niveles de actuación de las olas.
El material aportado al océano por los ríos y retrabajado por la erosión del oleaje es distribuido a lo largo de las costas, donde forman playas, o transportado por corriente marinas hacia la plataforma continental y las parte más profundas del océano.
Las playas son la expansión del balance entre la erosión marina producida por las olas, mareas y corrientes marinas y los aportes suministrados por la propia erosión marina desde otras zonas y por los ríos. Los agentes del modelado costero son las olas, las corrientes y las mareas.
Formas del litoral
Además del propio relieve de la plataforma continental, las diferencias en las formas de erosión marina hacen que las formas litorales sean muy variadas.
Cabos: Son partes de la costa que se adentran de forma aguda en el mar.
Golfos: Un golfo es una penetración de grandes dimensiones del mar en la costa formando una curva. En cada extremo suele tener un cabo.
Bahías: Una bahía es como un golfo de dimensiones más reducidas y, en general, más abierto.
Ensenadas: Se llama así a una bahía o un entrante de mar reducido y protegido.
Calas: Una cala es una ensenada estrecha y de paredes escarpadas.
Albuferas: Cuando una bahía queda convertida en un lago, al ser cerrada su unión con el resto del mar por un cordón litoral, se forma una albufera.
Estuarios: Es la zona de la desembocadura de un rio en la que penetra la erosión del mar.
Deltas: La zona amplia de la desembocadura de un rio donde se depositan sedimentos por encima del nivel del agua. Estos materiales pueden proceder de la erosión fluvial, marina o de ambas.
Rías: Son las zonas de antiguos valles fluviales inundada por aguas marinas. La costa adquiere una morfologia que puede llegar a ser muy abrupta.
Fiordos: Es como una ría, excepto que en este caso el valle ocupado por las aguas marinas es de origen glaciar. Dado que los valles glaciares tienen forma de U, las paredes de los fiordos suelen ser muy inclinadas o verticales.
Las corrientes marinas
Las mayores corrientes superficiales oceánicas en el mundo están causadas por los vientos dominantes. Las corrientes pueden ser frías, como la corriente de deriva del viento del oeste, o cálidas, como la corriente del Golfo. Las corrientes circulan en trayectorias llamadas giros, moviéndose como las agujas de un reloj en el hemisferio norte y al contrario en el sur.
El giro de la Tierra hacia el Este influye en las corrientes marinas, porque tiende a acumular el agua contra las costas situadas al oeste de los océanos, como cuando movemos un recipiente con agua en una dirección y el agua sufre un cierto retraso en el movimiento y se levanta contra la pared de atrás del recipiente. Así se explica, según algunas teorías, que las corrientes más intensas como las del Golfo en el Atlántico y la de Kuroshio en el Pacífico se localicen en esas zonas.
Este mismo efecto del giro de la Tierra explicaría las zonas de afloramiento que hay en las costas este del Pacífico y del Atlántico en las que sale agua fría del fondo hacia la superficie. Este fenómeno es muy importante desde el punto de vista económico, porque el agua ascendente arrastra nutrientes a la superficie y en estas zonas prolifera la pesca.
En los océanos hay también, corrientes profundas. En estas el agua se desplaza por las diferencias de densidad. Las aguas más frías o con más salinidad son más densas y tienden a hundirse, mientras que las aguas algo más cálidas o menos salinas tienden a ascender. De esta forma se generan corrientes verticales unidas por desplazamientos horizontales para reemplazar el agua movida. En algunas zonas las corrientes profundas coinciden con las superficiales, mientras en otras van en contracorriente.
Las corrientes oceánicas trasladan grandes cantidades de calor de las zonas ecuatoriales a las polares. Unidas a las corrientes atmosféricas son las responsables de que las diferencias térmicas en la Tierra no sean tan fuertes como las que se darían en un planeta sin atmósfera ni hidrosfera.